- Área: 48700 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Philippe Ruault, Vitor Oliveira
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Proveedores: BANDALUX
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En la era de la privatización, las ciudades están enfrentando un desafío mayor: invertir en el dominio público depende del sector privado. Como resultado de este reacomodo en el acuerdo colectivo, el rol de la arquitectura a menudo se reduce al impacto visual de su forma y su superficie en vez de contribuir a una nueva dimensión educacional, social y cívica. El concurso lanzado por la Ecole Centrale Paris para el diseño de una nueva escuela de ingeniería se ha convertido en la oportunidad perfecto para explorar distintas formas de responder a esta demandante desafío.
Los laboratorios se planifican como edificios lineales, una gran caja dividida en corredores sin fin. Tal tipología crea un apagón de las condiciones urbanas; el edificio se convierte en un gigantesco muro debido a su programa extremadamente aislado e internalizado. En cambio, nosotros podemos imaginar laboratorios como una colección de discretas parcelas en una grilla de planta libre; de esta manera, una ciudad puede acomodar infinitas configuraciones de programas y actividades. Este método proporciona un marco estable para requerimientos en constante cambio; el programa puede ser reconfigurado o intensificado como sea necesario.
Esta recontextualización implica libertad para formular nuevos tipos de estilos de aprendizaje que promuevan la comunidad, pluralidad y diversidad de la población dentro de un denso campo de conocimiento, al tiempo que asegura la operación pura de la escuela de ingeniería como un incubador educacional. El diseño de OMA integra urbanismo con la escuela, suplantando la anterior experiencia homogénea del campus.
En consecuencia, el concepto de una Lab City (ciudad laboratorio) ha sido forjado. La arquitectura del Lab City genera una escuela urbana abierta, con un desorden creativo enmarcado bajo un esqueleto estructural. Al crear una avenida central, cortando diagonalmente el Lab City, el diseño permite una experiencia sin problemas entre el edificio y su contexto, proporcionando una conveniente ruta pública entre el futuro corazón del barrio y la futura estación de Metro. En torno a esta espina urbana, el programa se despliega en diferentes edificios de diversas tipologías y tamaños, organizados en una grilla urbana servida por calles secundarias. Una especial cubierta liviana cubriendo el campus completa la propuesta al crear un fuerte lazo entre los diferentes edificios y permitiendo espacios "externos" protegidos para ser usados libremente todo el año.